miércoles, 30 de enero de 2013

(Im)perfectos

Adquirir características de tus padres que antes odiabas o de las que renegabas gritando "yo nunca seré así", es algo que con el paso de los años se va acentuando, llegando un momento en tu vida en el que te das cuenta de aquello que pensabas que sería imposible, se convierte en real.

En mi caso, he heredado de mi madre todo aquello que de pequeña me ponía de los nervios...el perfeccionismo, la meticulosidad, el deseo de tenerlo todo colocado...eso, y la mala leche. Y es que pese a que pensemos que somos perfectos, la realidad no es para nada cercana.



Lo mismo pasa en las relaciones de pareja, nadie es perfecto aunque sí puede serlo para ti. Lo peor es cuando empiezan a aflorar los defectos que al principio no veías y te surgen dudas. Creo que salvo un caso  de incompatibilidad extrema, que se haya acabado el amor o que estés con Doctor Jekyll y Mr Hyde todo tiene solución y tenemos que aceptar a los demás como ellos nos aceptan a nosotros.

Las relaciones son muy complicadas, y quizás si no fuese por esas imperfecciones no se podría alcanzar el grado de felicidad que puedes llegar a tener con alguien. Por ejemplo, mi novio adora cuando me enfado, hasta tal punto que a veces me lo provoca porque le hace gracia como me puedo llegar a poner. Y bueno, a mí de él también me gustan algunos de sus defectos, pero creo que eso mejor en otro capítulo...

Mood: Dormida
Suena: The Temper Trap - Sweet Disposition