Como tengo una etapa de mi vida que no me gusta nada pensar en ella que se llama "todo lo malo", también he pensando que debería de dedicarle un espacio o un pensamiento a todo lo bueno. Porque 2011 pese a todo ha tenido muchas cosas buenas y maravillosas que no puedo obviar. Comenzamos.
Mi familia, todos y cada uno de ellos, sean como sean son fantásticos. Mi mejor apoyo, los únicos que no van a mirar egoístamente a su ombligo y me van a aconsejar lo que más me conviene. Mención especial a nuesta última incorporación, Elsa. Ella es mi amiga, mi hermana y mi confesionario particular, los mejores consejos de 2011 han venido de parte de ella y espero que sea por muchos años más.
Los amigos de siempre, que nunca fallan, aquellos con los que te puedes tirar meses sin hablar ni verlos y cuando te reencuentras con ellos es igual que siempre. Amigos con los que no necesitas hablar, con mirarlos te entienden a la perfección. Al fin y al cabo, los que están para lo bueno y para lo malo. Quiero recordar un momento en el que una amiga, ella sabe quién es, me pidió perdón por no estar a mi lado en un momento determinado de mi vida ya que yo la había apoyado a ella en sus momentos más bajos. Yo me limité a sonreir y decirle que eso no era así, muchas veces, aunque no lo parezca o no lo necesite un abrazo es lo que mejor me puede hacer.
Los amigos más recientes, pero que están en todos y cada uno de los momentos buenos y malos. Me alegro de formar parte de vuestras vidas.
Y también tengo que mencionar a aquellas personas que por un momento se alejan de tu vida pero por circunstancias acaban volviendo con más fuerza que nunca. Muchos buenos recuerdos vuelven a la actualidad. Gracias por hacerme un hueco a vuestro lado.
No puedo dejar de lado a mi gente de twitter, a mis followers que no puedo tocar pero que muchas veces me entienden y me apoyan sin ni siquiera conocerme en persona. A ellos, también un beso muy fuerte y un agradecimiento como la copa de un pino.
Y qué decir de mis compañeros de la leonera, con los que últimamente paso muchas horas del día. Con ellos me río, trabajo y a veces hasta salimos de fiesta y acabamos tomando unas cervezas en mi casa como si fuese un after. Gracias por sacarme la sonrisa incluso cuando lo veo todo negro y me desespero. Sois únicos y especiales todos y cada uno de vosotros.
Y por último, a ti, que estás leyendo esto sin que yo lo haya pedido. Gracias por apoyar mi pequeño espacio de reflexiones.
Mood: Recapitulando
Suena: Andrés Calamaro - Como dos extraños