lunes, 26 de diciembre de 2011

Todo lo bueno

Como tengo una etapa de mi vida que no me gusta nada pensar en ella que se llama "todo lo malo", también he pensando que debería de dedicarle un espacio o un pensamiento a todo lo bueno. Porque 2011 pese a todo ha tenido muchas cosas buenas y maravillosas que no puedo obviar. Comenzamos.

Mi familia, todos y cada uno de ellos, sean como sean son fantásticos. Mi mejor apoyo, los únicos que no van a mirar egoístamente a su ombligo y me van a aconsejar lo que más me conviene. Mención especial a nuesta última incorporación, Elsa. Ella es mi amiga, mi hermana y mi confesionario particular, los mejores consejos de 2011 han venido de parte de ella y espero que sea por muchos años más.

Los amigos de siempre, que nunca fallan, aquellos con los que te puedes tirar meses sin hablar ni verlos y cuando te reencuentras con ellos es igual que siempre. Amigos  con los que no necesitas hablar, con mirarlos te entienden a la perfección. Al fin y al cabo, los que están para lo bueno y para lo malo. Quiero recordar un momento en el que una amiga, ella sabe quién es, me pidió perdón por no estar a mi lado en un momento determinado de mi vida ya que yo la había apoyado a ella en sus momentos más bajos. Yo me limité a sonreir y decirle que eso no era así, muchas veces, aunque no lo parezca o no lo necesite un abrazo es lo que mejor me puede hacer.



Los amigos más recientes, pero que están en todos y cada uno de los momentos buenos y malos. Me alegro de formar parte de vuestras vidas.

Y también tengo que mencionar a aquellas personas que por un momento se alejan de tu vida pero por circunstancias acaban volviendo con más fuerza que nunca. Muchos buenos recuerdos vuelven a la actualidad. Gracias por hacerme un hueco a vuestro lado.

No puedo dejar de lado a mi gente de twitter, a mis followers que no puedo tocar pero que muchas veces me entienden y me apoyan sin ni siquiera conocerme en persona. A ellos, también un beso muy fuerte y un agradecimiento como la copa de un pino.


Y qué decir de mis compañeros de la leonera, con los que últimamente paso muchas horas del día. Con ellos me río, trabajo y a veces hasta salimos de fiesta y acabamos tomando unas cervezas en mi casa como si fuese un after.  Gracias por sacarme la sonrisa incluso cuando lo veo todo negro y me desespero. Sois únicos y especiales todos y cada uno de vosotros.
Y por último, a ti, que estás leyendo esto sin que yo lo haya pedido. Gracias por apoyar mi pequeño espacio de reflexiones.

Mood: Recapitulando
Suena: Andrés Calamaro - Como dos extraños