Llevo varios días queriendo escribir sobre este tema, pero
dos cosas me lo han impedido: la primera de ellas que he estado hasta arriba de
trabajo y la segunda que necesitaba calmar un poco la rabia que tenía dentro.
Mi entrada de hoy está dedicada a la elegancia y al saber
perder. Hace relativamente poco tiempo perdí una batalla que me dolió bastante,
es más, fue como si me echasen alcohol sobre una herida abierta por como se
desarrollaron las circunstancias.
Puede sonar a historia típica con el comienzo de “conoces a
una persona, te gusta esa persona, congeniáis, habláis todos los días…” pero de
repente eso comienza a ser un extraño tira y afloja del que solo una persona sale
perjudicada (siempre es unilateral el daño). Cuando esa persona, que ya lleva
un tiempo perjudicada y dolida, decide armarse de valor y expresar lo que
siente recibe el típico “eres súper buena persona, guapísima, estupenda me caes
genial, pero… (sí, siempre hay peros) estoy conociendo a otra persona”.
Señores, esto se puede considerar elegancia, por lo menos la
otra persona es sincera, aunque principalmente no lo fue. Lo que ya no es
elegancia es que tras mostrar informaciones y datos de que ha pasado tiempo con
esa persona que está conociendo, que duelen y mucho, coja y lo siguiente que
haga es tener la poca decencia de hablarme, porque como es lógico y seguro que lo habéis deducido la persona dolida soy YO.
Ahora, quien quiera puede pensar que soy una egoísta, que
como me atrevo a hacer esto o me pedirá explicaciones sobre esta entrada. No las pienso
dar, estos son los sentimientos que llevo más dentro de mí y necesitaba
desahogarlos de alguna manera y creo que no existe mejor manera que mi blog, mi lugar para hablar sobre mis sentimientos y pensamientos.
Y con esto, no pretendo ni dar pena ni que nadie sienta
compasión de mí. El dolor se cura y las lágrimas sanan las heridas. Soy muy
consciente de lo que valgo y de que como todo el mundo tengo defectos y no
pienso, por nada del mundo, hundirme por esta historia. Y es aquí donde quiero
resaltar el término elegancia, porque hay formas y formas de superar las cosas,
y la mía va a ser con elegancia porque ante todo soy una señora.
Para ir terminando, lo único que me queda por decir es no
voy a borrar a nadie, ni pienso bloquear, ni nada, pero por respeto, que seguro
que lees esto, mejor no me hables en una temporada. No por nada, me resulta
molesto y si contesto ahora mismo es por educación. No te deseo ningún mal, es
más ojala te vaya todo bien, pero por
ahora cuanto más lejos de mí mejor. Gracias de antemano.